En la tarea cotidiana del
ámbito escolar rural hay variados tiempos
considerar, los tiempos de las familias, los tiempos del docente, los
tiempos de los alumnos y los tiempos reales. Al referirnos a los tiempos reales, lo hacemos pensando que esta variable s muy diferente en el
ámbito urbano, factores naturales y sociales inciden en ella. Si bien el
calendario escolar establece la cantidad de días hábiles para los alumnos, en
el sector rural esta calendarización sufrirá modificaciones en función del
clima y de la transitabilidad de los camino. Esto implica que el docente que se
desempeña en el ámbito rural se encuentre con alumnos que asisten cuando la
situación natural y/o social lo habilita, por lo tanto, cada momento en el
jardín, debe ser aprovechado al máximo.
Los
tiempos del docente, sabemos que un maestro de un jardín rural,
tiene que desempeñar simultáneamente muchas funciones. Saben que todo momento
es un momento de enseñanza, cada uno es importante para el niño, el docente
rural enriquece su perspectiva al considerar el tiempo, su tiempo y el del
niño, como único y determinante.
Respecto de los tiempos de los niños o de las
actividades, es posible considerar que, al ser menos, los niños y niñas de
la sala al no contar con profesores de áreas especiales, las actividades se
agotan más rápidamente y tenemos que planificar mayor cantidad y variedad de
actividades por día. Hay tiempos distintos para cada edad. Un niño de tres años
agota rápidamente su capacidad plástica, posiblemente, el docente es flexible
con los más pequeños, proponiendo otras actividades respetando el tiempo, el
espacio y la tranquilidad que los más grandes necesiten.
El docente quizás pueda
enseñar a buscar e indagar sobre aquello que aún no ha sido percibido, a ver
con otros ojos lo cotidiano, aprovechara los amplios espacios y ofrecerá a
través de diferentes estrategias las posibilidades de conocer aquello no tan
obvio, ni tan cercano.
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